domingo, 25 de septiembre de 2016

UNEARTE cuenta con 5536 estudiantes en la búsqueda de la estética necesaria

Prof. Néstor Viloria


El estudio formal de las artes en Venezuela como política de estado obedeció siempre a las iniciativas impulsadas desde las disciplinas artísticas por importantes personalidades de estas. En este sentido se identifican los siguientes puntos de partida para la educación formal en algunas disciplinas artísticas: la Escuela de Chacao con el Padre Sojo en 1781 en la música, la Escuela Normal de Dibujo en 1843, la Escuela Nacional de Ballet con la Nena Coronil en 1948, la Escuela Nacional de Arte Dramático fundada por  Juana Sujo en 1952 y la Escuela de Medios Audiovisuales de la ULA 1998.
Con este distanciamiento entre las disciplinas artísticas transcurrió la formación de numerosas generaciones de creadores y creadoras, hasta que en 2008, en el marco de la Misión Alma Mater, el Presidente Hugo  Rafael Chávez Frías crea la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE), fusionando los Institutos Universitarios de Música, Danza, Teatro y el Armando Reverón de Artes Plásticas. Desde entonces nuevas generaciones de creadores y creadoras, llamados y llamadas a la producción de imaginarios y subjetividades, se forman en convivencia, en comunidad, en UNEARTE.
UNEARTE. Clase inaugural, trayecto inicial 2016.
El fundamento de esta política sienta sus bases jurídicas en la aprobación por referendo popular de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) en 1999. Desde entonces las venezolanas y venezolanos contamos con un marco jurídico que garantiza nuestros derechos culturales y educativos.
La CRBV garantiza la libre creación cultural, considera que los valores de la cultura constituyen un bien irrenunciable del pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado está en la obligación de fomentar y garantizar, además, determina que las culturas populares constitutivas de la venezolanidad deben gozar de atención especial. Así mismo expresa que el Estado garantizará una educación de calidad, gratuita hasta el nivel de pregrado.  Es preciso tener en cuenta que la Ley Orgánica de Educación de 1999 reconoce la educación para las artes como una modalidad y la Ley de Cultura llama al diseño de políticas que aseguren condiciones óptimas en los espacios de formación para las artes, así como, el ingreso, prosecución y egreso de creadores y creadoras en la educación formal.
UNEARTE inició sus actividades en el año 2008 con una matrícula de 1145 estudiantes provenientes de los antiguos institutos universitarios de arte, concentrando su mayor actividad en la ciudad de Caracas. Sin embargo, es en 2010 con la implementación de los Programas Nacionales de Formación en danza, teatro, música, artes plásticas, artes audiovisuales y educación para las artes; cuando ingresa la primera cohorte, ese año la matrícula alcanzó 1309 estudiantes. En año 2011 la matrícula estudiantil fue de 1584, en 2012 de 1709, en 2013 se activa la sede de UNEARTE Portuguesa y la matrícula total fue de 1773. En 2014 abren las sedes en Anzoátegui, Nva Esparta y Mérida llegando a 3089 estudiantes, en 2015 llegamos a 4321 estudiantes y en 2016 se alcanza la cantidad de 5536 estudiantes matriculados en todas sus sedes, una cifra record en la historia de UNEARTE.
Para estos 5536 creadores y creadoras que se forman, UNEARTE, como institución, como avanzada académica, se renueva, se interroga, indaga en las sensibilidades contemporáneas. Los estudiantes tienen en la ruta la exigencia del manejo de las técnicas para el ejercicio del oficio de la creación artística en la plástica, el teatro, la danza, la música, las artes audiovisuales, tanto como su revisión y recreación. Así mismo tienen la tarea de reflexionar, con la mayor profundidad, sobre la orientación teórica de esa creación, la cual debe surgir del debate crítico, de la dialéctica entre estudiantes, profesores, trabajadores, comunidades, del estudio de las teorías del arte y la transculturalidad, del estudio de pensadores e investigadores que reflexionan desde Nuestra América. El objetivo estratégico es mantenerse en la búsqueda de la estética necesaria, de la producción simbólica que contribuya en el fortalecimiento de la identidad nacional y regional, no como reliquia intransmutable, si no como obra de arte legítima, autentica, que se reconozca en nuestros imaginarios, que agite las consciencias sensibles y permita derrotar el egoísmo, la maldad y todos los antivalores que impone como paradigmas la sociedad de consumo y que permita brotar desde nuestros espíritus el amor, el respeto, la solidaridad y todos los valores que han motivado el extraordinario proceso de emancipación y liberación experimentado por la Venezuela Bolivariana en la búsqueda de una sociedad más justa y productiva que nos conduzca al vivir bien.

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